Estancia en el Collège du Thelle, de Méru (Oise, Picardie, FRANCIA)

El domingo 8 de noviembre llegué al aeropuerto de Paris-Beauvais, donde me esperaba la profesora de español que había solicitado participar en el programa europeo de Estancias Profesionales 2015/16, y que lo estaba coordinando en su “collège”.

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Empezaban así dos semanas extremadamente interesantes desde el punto de vista humano y profesional.

Desde el punto de vista humano, creo haber conocido a unos estupendos anfitriones que desde el primer momento se me acercaron y colaboraron para que mi estancia fuese fácil y productiva, mostrando en todo momento disposición a colaborar en este proyecto y con mi labor.

Desde el punto de vista profesional los objetivos habían de ser más ambiciosos. Al principio, se trataba de conocer la oferta educativa del “collège”, de modo que se pudiera concretar el plan de trabajo preestablecido con Mme. Poudevigne.

De este modo, visto que hay puntos en común entre las vías ofrecidas a los alumnos con dificultades (Segpa) para alcanzar los objetivos mínimos de esta etapa educativa (11 a 15 años) y que puedan obtener su primer título académico (Brevet) y la formación profesional inicial que se va a desarrollar en España (antigua PCPI), me pareció muy interesante asistir a las clases de estos alumnos (Cinquième y Quatrième), y sus prácticas de cocina. Otra coincidencia podría establecerse entre los alumnos con dificultades intelectuales de nuestro sistema educativo y los Ulis del sistema francés, y también pude estar con ellos una hora.

El resto de las clases a las que pude asistir son: Matemáticas, Lengua Francesa, Alemán, Educación Plástica, Educación Física, Geografía e Historia y por supuesto Español, además de asistir a una actividad organizada por la profesora de español en la mediateca (CDI) para familiarizarse con su uso.

No obstante, lo que más me ha llamado la atención es la diversidad de puestos y cualificaciones diferentes que trabajan en un instituto francés, con un alto grado de profesionalidad. Lo conocía con anterioridad, pero ahora he tenido la ocasión de comprobarlo. Sin duda, creo que diversificando las funciones se pueden obtener mejores resultados para la mejora de la convivencia, la disciplina, la gestión del centro y la formación académica de los alumnos. Y especialmente me ha impresionado la estructura llamada “Vie Scolaire”. Coordinada por dos CPEs, en comunicación directa con los profesores y con los directores, que deben validar las propuestas de sanción de estos, y comprometidos con los alumnos y sus familias para mediar en conflictos (el Collège du Thelle está situado en una ZEP: Zona de Educación Prioritaria, y está considerado ZPV+: Zona de Prevención de Violencia

Finalmente me gustaría señalar que todos los alumnos (excepto los de los programas Segpa y Ulis) deben cursar obligatoriamente una segunda lengua extranjera (mayoritariamente español, o si no alemán), pudiendo empezar en Sixième (6º de Primaria) o en Quatrième (2º de ESO). Es una reflexión por hacer: si todos los alumnos deban cursar obligatoriamente una segunda lengua, cuando ya tienen dificultades para alcanzar los objetivos mínimos de esta etapa educativa.

20151120_110959Para terminar no querría dejar pasar la ocasión de agradecer a las instituciones europeas, al Ministerio de Educación de España y a la dirección de mi  instituto por haber permitido, cada uno desde su nivel de responsabilidades, que esta experiencia haya podido desarrollarse. De igual manera, a los compañeros de mi instituto que han debido cubrir mi ausencia para que la docencia y las clases de mis alumnos no se vieran perjudicadas. Y muy especialmente querría dar las gracias a la dirección del Collège du Thelle y a todos sus trabajadores (profesores, CPEs, bibliotecarias, administrativos, vigilantes y personal del comedor) por la extraordinaria acogida que me han dispensado y su disposición para hacerme muy fácil mi estancia y que esta fuese del máximo aprovechamiento. Espero que para ellos haya sido también interesante y les haya quedado tan buen recuerdo como a mí de ellos. Y entre todos, muchas gracias a mis dos compañeras de español, Joëlle Sahuc y Fabienne Poudevigne; con ellas, estas dos semanas me he sentido como en mi instituto.

Imágenes cedidas por Juan Gabriel Martínez