La música amansa las fieras… y modifica las percepciones del rendimiento de los estudiantes

¿Qué es mayor: la alegría que produce encontrarse cien euros o el enfado de perderlos? De acuerdo con la teoría de las perspectivas, el fenómeno psicológico de aversión a las pérdidas hace que las personas tiendan a dar más peso a las “sorpresas negativas” que a las “positivas”.
Los autores Patricia Pérez y Juan Luis Nicolau demuestran en su estudio “Testing prospect theory in students’ performance” publicado en el número 360 de Revista de Educación, que este fenómeno de aversión a las pérdidas también se evidencia en el rendimiento de los estudiantes. Así, supongamos que un estudiante espera sacar un 7 en una asignatura pero realmente obtiene un 8, y otro estudiante que también espera sacar un 7, finalmente obtiene un 6. En ambos casos, la diferencia es de un punto, pero ¿el efecto sobre la satisfacción (en el primer caso) y sobre la insatisfacción (en el segundo caso) será el mismo? Tal y como enuncia la propiedad de “aversión a las pérdidas” y en línea con los resultados de este estudio, es mayor el impacto que tiene en la insatisfacción el sacar un punto menos de lo esperado, que el impacto que tiene en la satisfacción el sacar un punto más de lo esperado. 

Pero este estudio va más allá, e incluye un factor externo -la música- para indagar en las reacciones (de satisfacción o insatisfacción) de los estudiantes ante el rendimiento obtenido. De este modo, se analiza si un determinado estímulo musical puede moderar el efecto de dichas “sorpresas positivas” (sacar mayor nota de la esperada) y “negativas” (sacar menor nota de la esperada). 

En esencia, la pregunta que se trata de responder es: ¿puede la música influir en el efecto de esas sorpresas -positivas o negativas- de modo tal que la satisfacción (o insatisfacción) sea mayor o menor de la que hubiera habido en ausencia de tal música? Dado que la música puede provocar cambios de humor, una determinada música puede inducir un estado de ánimo. Así, se diseña un experimento con el que se contrasta la aversión a las pérdidas en el rendimiento de los estudiantes en tres condiciones experimentales: con “música clásica”, “música heavy” y “sin música”.
Los resultados muestran que la “música clásica” actúa como bálsamoante estas “sorpresas negativas” y la “música heavy” como agravante. En otras palabras, el mismo impacto negativo (sacar menos nota de la esperada) es percibido de forma distinta en función del estímulo musical recibido: si un estudiante recibe el estímulo “música heavy” y saca un 6 cuando esperaba un 7, la probabilidad de que se vea más insatisfecho es mayor que si hubiera recibido el estímulo de “música clásica”. El estado de ánimo positivo eneste caso, generado por la música clásica, afecta a las valoraciones del individuo, lo que le lleva a una percepción más favorable de una situación o, más apropiado para este ejemplo, a unapercepción menos desfavorable.
El análisis de las percepciones de los estudiantes es vital para conocer la forma en que procesan la información. En particular, es fundamental comprender los elementos que pueden favorecer no solo el rendimiento académico de los estudiantes sino también su actitud hacia ciertos resultados. Este estudio demuestra que los estímulos musicales pueden modificar las percepciones de un determinado resultado académico: los efectos de sorpresas “positivas” y “negativas” son mayores o menores, no solo en función del tamaño de estas, sino también del estímulo musical recibido. 


Para más información: 

Descargar el artículo en la Revista de Educación: