Aproximadamente 2 de cada 3 alumnos de 2º curso de Bachillerato (un 61,39%) tienen un nivel de expresión oral en Lengua Inglesa B1, nivel requerido para aprobar la prueba de la PAU y establecido en base a la definición del marco europeo de las lenguas. No obstante, estos resultados varian en gran medida si se tiene en cuenta el marco socioeconómico y cultural de los alumnos, siendo los estudiantes de un contexto más aventajado los que obtienen mejores resultados. Las personas que no han repetido curso también tienden mayoritariamente a sacar mejores calificaciones en la prueba oral que los que sí lo han hecho al menos una vez.
Estas son algunas de las principales conclusiones que arroja el estudio piloto que analiza la introducción en las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) de una prueba de inglés oral añadida a la evaluación escrita que ya se venía realizando. En esta nueva aproximación, que dura en torno a 10 minutos, se valoran 5 criterios parciales (alcance, corrección gramatical, fluidez, interacción y coherencia). Adicionalmente, se recopilaron datos relevantes sobre el entorno personal de los alumnos, sobre la enseñanza recibida de la lengua inglesa y sobre los contextos de utilización de la misma.
Los resultados, también señalan que los estudiantes obtienen las puntuaciones más bajas en Corrección Gramatical y las más altas en Interacción y Coherencia, situándose los criterios de Alcance y Fluidez en un punto intermedio.
Pero, dado que los resultados no se distribuyen de forma homogénea entre los estudiantes, ¿qué variables influyen en la obtención de una mejor puntuación por parte de los mismos?
Respecto al género, no se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en los resultados obtenidos entre alumnos y alumnas. Esta tendencia se mantiene tanto en la puntuación total como en cada uno de los cinco criterios evaluados.
Sin embargo, sí que se han encontrado diferencias en lo que respecta a la edad de los estudiantes. Los alumnos de 19 o más años obtienen unos resultados significativamente peores que los de 16, 17 y 18 años, no observándose diferencias entre estos últimos grupos de edad. El hecho de repetir curso una o más veces, vinculado en cierta manera a la edad, influye de modo significativo en los resultados. De esta forma, los alumnos que no han repetido poseen mejores calificaciones que aquellos que han repetido.
Los elementos vinculados al contexto sociodemográfico de los estudiantes, como se ha avanzado anteriormente, también se configuran como factores diferenciadores en la calificaciones de la prueba oral de inglés. Así, se incrementaría el efecto de las diferencias de clase socio-económica y cultural de los estudiantes sobre las calificaciones que obtendrían en la PAU. En cuanto al tamaño de la población, éste también afecta a los resultados observados, encontrándose que los estudiantes de las poblaciones más pequeñas obtienen calificaciones significativamente más bajas.
Por otro lado, si atendemos a la potencial influencia de las variables asociadas al contexto de aprendizaje de la Lengua Inglesa, existe cierta variabilidad entre el peso de los diferentes factores analizados. Si la duración de las clases y su frecuencia semanal tiene vínculo estrecho con las calificaciones obtenidas (siendo los estudiantes que reciben más de tres horas semanales de inglés obtienen puntuaciones significativamente más altas que aquellos que cursan menos), el uso de la lengua hablada en clase y la utilización de recursos pedagógicos tienen una modesta influencia en los resultados.
La titularidad del centro tiene influencia en las calificaciones de la prueba oral. Los alumnos de los centros privados obtienen mejores calificaciones que los de los centros públicos si se tiene en cuenta el efecto del estatus social, económico y cultural (ISEC).
Cabe resaltar otra variable de peso a la hora de obtener buenas calificaciones en inglés: las hora dedicadas a la asignatura en horario escolar. Este factor es mucho más importante que el tiempo dedicado al estudio del inglés en casa o en clases extraescolares.
Una posible explicación es que los estudiantes que tienen más dominio del inglés dedican menos tiempo a las tareas propias de la lengua inglesa fuera del horario escolar. Asimismo, la exposición del estudiante al inglés mediante comunicaciones, internet, películas, videos, lecturas, etc., también tiene cierta influencia en la calificación de la prueba oral. Los viajes de estudio, intercambio, o los viajes con la familia a países de habla inglesa también influyen en la calificación final.
Por último, se ha observado que la calificación en la prueba oral de inglés es menor que las calificaciones obtenidas por los estudiantes tanto en la nota de inglés y nota media de bachillerato, como en la PAU (en la nota de inglés y nota general).
Estoy de acuerdo con casi todo lo que se dice excepto con “el uso de la lengua hablada en clase y la utilización de recursos pedagógicos tiene una modesta influencia en los resultados”. En serio? Es indiferente la lengua que se utilice en clase? No favorece el desarrollo de una mejor competencia oral el utilizar la LE como lengua de interacción en el aula? Se trata de un error del documento? Gracias y un saludo.
Isaías, muchas gracias por seguirnos y participar. En referencia a tu comentario, efectivamente los resultados muestran que las dos variables que señalas, el uso habitual del inglés en clase y el uso de recursos pedagógicos, apenas tienen influencia en la calificación de la prueba oral de inglés en la PAU, (1% y 1.2% respectivamente). Ambos factores presentan correlaciones positivas con la calificación en el examen oral de inglés, pero dichas correlaciones no son elevadas (0,09 y 0,11 en el caso de la utilización de recursos pedagógicos). Una posible explicación a la escasa influencia que presenta la primera de las variables anteriormente referidas, es la escasa utilización del inglés hablado en el aula en 2º de bachillerato (ya que no forma parte del examen de la PAU), por lo que no se revela como un elemento de peso en el análisis.
No obstante, a pesar de que la nota obtenida en la prueba oral de inglés presenta una mínima diferencia respecto a la calificación obtenida en bachillerato y la prueba escrita de la PAU, se reconoce que la introducción de la modalidad oral de inglés sí puede ser la antesala de un cambio pedagógico en el aula en las enseñanzas de la lengua inglesa.
Si quieres más información pincha aquí para acceder al informe completo en nuestra página web.
Por el perfil de alumnado que yo he tenido me extrañan los resultados en expresión oral. Aunque se ha establecido un marco común el nivel no es el mismo, ya que depende de quién acredite ese nivel. No es igual un nivel B1 por Trinity que el otorgado por Cambridge o en una escuela de idiomas. Y por supuesto que el número de horas semanales en el horario escolar influye.
Estimada Juana, muchas gracias por seguirnos y por tus comentarios.
En este enlace tienes el informe completo al que se refiere el artículo.
http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/documentos-de-trabajo/informe-pau-ingles.pdf?documentId=0901e72b8170cdc9
Como punto de partida a este estudio se consideró que el nivel promedio de la prueba de expresión oral en Lengua Inglesa debería aproximarse al nivel B1 definido en el marco común europeo para las lenguas
Como añadido a tu comentario, los resultados obtenidos en el estudio reflejan que los estudiantes que dedican menos tiempo al estudio y a la realización de tareas fuera del horario de clase obtienen puntuaciones significativamente mejores que aquellos que le dedican más tiempo.
Este resultado, en principio sorprendente, puede tal vez explicarse por el hecho de que los alumnos que menos dominio tienen del inglés son los que, para alcanzar el nivel adecuado, dedican más tiempo a las tareas fuera del horario de clase.
Recordarte que estamos a tu disposición para cualquier duda que pueda surgir.
Un saludo