Las mujeres son las grandes ausentes de la visión de mundo que forjamos en nuestro sistema educativo. No encontramos mujeres ni sus extensas contribuciones dentro de los contenidos académicos de secundaria. Este legado que no vemos reflejado en los manuales, lo que para ellas significa una falta de reconocimiento cultural que socava su legitimidad social, pero que para todos supone, además, la pérdida de buena parte del acervo cultural común. Una grave carencia colectiva a la que contribuye la educación.
Los resultados que presentamos en el artículo de la Revista de Educación –Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO: una genealogía del conocimiento ocultada–, muestran una escasa presencia de mujeres entre los personajes mencionados: un 12, 8 %, y tan solo aparecen en los manuales en un bajísimo 8 % de ocasiones, lo que revela la poca importancia que se les otorga en los textos escolares.
Este estudio, analiza la presencia de hombres y mujeres en los contenidos de todas las asignaturas de 1º a 4º de ESO con el objetivo de comprobar el peso social y la importancia cultural que se les otorga a las mujeres en ellos. Para ello hemos analizado los personajes y la recurrencia que tienen en libros de texto de tres editoriales distintas en cada una de las asignaturas.Cabe señalar también, que tanto por el número de libros analizado como por el número de asignaturas estudiadas, este es el mayor estudio de estas características que se ha realizado.
La omisión del saber femenino al conjunto de la cultura provoca una gran pérdida y un notable empobrecimiento para todos, que nos deja con menos recursos para comprender el presente y hacer frente a los retos que plantea. Esto representa indudablemente un fracaso social colectivo que, además, está alimentado desde el sistema educativo. Asimismo, el sistema educativo se ve hondamente afectado por esta ausencia femenina dejando en evidencia la transmisión de una cultura adulterada y sesgada, además del incumplimiento de dos de sus fines fundamentales (reconocidos en la LOE y la LOMCE): una formación académica que recoja los principales referentes culturales.
Para ellas tiene, sin embargo, más alcance: sin mujeres en los textos, ellas se quedan sin modelos de identificación social e individual, pero además, al no ver reconocidos sus méritos al desarrollo común, las mujeres, minusvaloradas, quedan relegadas a ciudadanas de segunda categoría. Una desigualdad implícita que se transmite con suma eficacia desde el sistema educativo a través de esa falta de reconocimiento, contribuyendo a asentar y perpetuar la desigualdad de género, materializada, por ejemplo, en la brecha salarial, violencia de género (es fácil considerar a alguien inferior cuando no existe reconocimiento social), o techo de cristal (dificultad de las mujeres para obtener puestos de poder).
En definitiva, el hecho de que el sistema educativo contribuya a la transmisión de patrones discriminatorios lastra enormemente la igualdad de oportunidades y socava fuertemente el sistema educativo. Por ello, estamos trabajando en un instrumento de intervención didáctica que permita la inclusión sistemática de las mujeres en los contenidos escolares.
Ana López-Navajas
Fuente de la imagen de cabecera: INEE a partir de diferentes imágenes procedentes de mexconnect, wikimedia, Yale Un, Wordl Bank.
Me gustaría aclarar si esa búsqueda de mujeres representativas ha sido cuantitativa o cualitativa. Efectivamente, durante una gran parte de la historia el papel de las mujeres se ha reducido en gran parte al de madres y esposas. Hay que buscar con lupa figuras relevantes. Me parece muy importante que se les hable a los niños de personas como Marie Curie o María Moliner, pero no creo que se haga ningún favor al feminismo, la igualdad ni al sistema educativo si se sobrecargan los contenidos o si se habla menos de Shakespeare para hacerle un hueco a alguna poetisa perdida de aquella época sin gran importancia. La igualdad tiene que estar basada en la igualdad de méritos, lo contario resulta en un falso feminismo que no hace sino denigrar a la mujer.
Por favor, dejen de hacer política y demagogia con la educación; preocúpense más bien de conseguir que sea efectiva y de dar medios a los profesores, en vez de ponerles trabas continuamente.
El análisis de los manuales ha sido cuantitativo y cualitativo, a pesar de que en este artículo solo se ha podido abordar el cuantitativo, bastante significativo ya, por cierto. Sin embargo, María, hay algo que dices que responde a una creencia muy extendida y que está muy lejos de ser cierta. Cuando mencionas que el papel de las mujeres se ha reducido a madres y esposas en gran parte de la historia y que hay que buscar con lupa figuras relevantes, te haces eco de una insidiosa idea que no es en absoluto cierta y solo responde al profundo desconocimiento -generalizado, por otra parte- de todos los logros femeninos históricos. Ellas no han pasado a lo escrito y por eso no se las conoce. Este desconocimiento nos hace tomar como cierta su inexistencia, pero nada más lejos de la realidad.
El saber femenino es riquísimo y se ha producido desde la más remota antigüedad: sencillamente, no aparecen en los textos. Miles de mujeres, como demuestran los estudios realizados (te propongo algunos sitios webs que tienen al menos información básica sobre las numerosas mujeres), han contribuido, desde siempre, a todas las áreas: a la música [http://www.inmujer.gob.es/areasTematicas/educacion/programas/docs/CreadMusica.pdf], al arte [http://mujerespintoras.blogspot.com.es/2013/01/lista-de-pintoras-en-orden-cronologico.html] , a la ciencia [http://www.csic.es/web/guest/mujeres-ilustres] , a la literatura [http://escritoras.com] o [http://www.bieses.net], a la tecnología [http://inventors.about.com/od/womeninventors/] por señalar algunos campos y nos han mostrado que su presencia es mucho más que anecdótica. Sin embargo su ausencia de los textos nos hace pensar que no han existido o no nada importante han realizado
Es cierto que han tenido peores condiciones sociales, pero también lo es que jamás se han ceñido a lo que se les ha querido circunscribir. En todas épocas y como han sabido o podido, ellas han contribuido pertinazmente y de forma esencial a nuestras bases culturales. Pero el hecho de excluirlas de los escritos, una práctica discriminatoria vigente aún, ha dado como resultado la omisión de sus logros, el desconocimiento de su autoría y la falsa creencia de que nada han hecho, tal y como nos hacen pensar esos libros de texto que no las tienen en cuenta, con la excusa de que ellas siempre lo han tenido peor. Sin embargo, solo hay que consultar los estudios para darse cuenta de la potencia de esa tradición de saber.
Tras esta breve y escasa mención bibliográfica que da una pequeña muestra de la multitud de mujeres que han contribuido a la cultura, lo que queda claro es que en los contenidos educativos lo que no funciona es la “igualdad de méritos”, pues en ese caso numerosas mujeres hubieran estado en ellos, sino un criterio sexista que prima ser varón a tener calidad (¿cómo sino se explica que no estudiemos a Artemisia Gentileschi en la pintura barroca? ¿ o sí al duque de Ribas y no a Gertrudis Gómez de Avellaneda en el Romanticismo? ¿o a Moratín y no a María Rosa Gálvez en el siglo XVIII? ¿o se desconozca la figura de Hildegarda de Bingen? entre otras muchas cosas) Lo deseable sería que los méritos femeninos (individuales y colectivos) se reconocieran, que no fuera el criterio sexista (ser varón, aunque no necesariamente bueno) el que prevalezca. Pero hemos conseguido asumir que los varones son la referencia y el criterio sexista en ocasiones nos parece el de mérito. Los hombres no son la referencia para las mujeres.
Y además, no es un tema de incumbencia femenina solo: la restitución de nuestra cultura afecta a mujeres y hombres. Todos perdemos bagaje cultural si no las conocemos a ellas. Y este desconocimiento implica no solo la necesidad de inclusión de mujeres en los contenidos, sino también el cambio de categorías, temporalizaciones de la historia, conceptos y enfoques sobre las materias.
¿De verdad nos creemos o podemos imaginar que las mujeres solo representan ese 7,5 % dentro del relato cultural? ¿que no han contribuido? ¿o que lo que han hecho no ha sido relevante? Es casi un despropósito que consideremos como normal una contribución tan escasa de las que han estado ahí a lo largo de toda la historia. Desconocemos casi todo de ellas y no nos resulta extraño. Es un relato cultural amputado, empobrecido el que se desprende de esos referentes.
No solo corresponde cambiar los manuales, revisar los contenidos de secundaria (adecuarlos, no recargarlos) sino también los universitarios. Así como incidir en la formación del profesorado. Debemos incluir a las creadoras y convertirlas en referentes culturales, incluirlas en el relato y restituir nuestra memoria histórica, la de las mujeres y la de los hombres.
Si no es así falsificamos la historia y la cultura y perpetuamos patrones de desigualdad.
Estudio genial. Enhorabuena. Desde infantil y primaria hay que cambiar esto o el único modelo que tendrán será la barbie y las princesas.
En el análisis cualitativo (que no está presente en este artículo) se ve que la figura femenina que más se repite -y que es común en todas las materias de humanidades y lenguas- es la de actriz, cantante o personaje de la farándula. Es mucho más frecuente que la de escritoras, artistas, personajes históricos, músicas, deportistas, científicas, viajeras, activistas, … También esta figura del actor y cantante se repite con los varones, pero estos presentan una variedad de tipos no solo muchísimo más amplia y rica, sino también mucho mayor. De esta forma, los alumnos tienen más modelos de identificación que las alumnas, que se quedan a dos velas y sin apenas modelos de referencia. De hecho, después de eso, ellos salen del sistema educativo teniendo claro que han sido los protagonistas absolutos de la historia y la ciencia; ellas, que no parecen haber hecho nada relevante para que aparezca en los libros, es decir, que son poco menos que nada. Ellos salen autorizados, ellas desautorizadas, no cuentan. A partir de esa base, qué fácil resulta desarrollar desde la violencia de género hasta el techo de cristal.
Lo que dices: barbies y princesas para un mundo en crisis.
Interesante y en general estoy de acuerdo. El artículo se refiere a España pero perfectamente podría corresponder a mi país, Uruguay,… El sistema educativo imperante es reproductor de la cultura hegemónica. Además, otro tema a tener en cuenta para modificarlo en un largo proceso, la mujer en el seno del hogar y educando a sus hijos, es la reproductora fundamental de la cultura que sufrimos.
Sí, imagino que será parecido en Uruguay y que la pauta será igual en muchos países (por no decir en todos). De todas formas, Uruguay, sin ir más lejos, tiene una tradición literaria con un protagonismo femenino especialmente alto. Hay grandes escritoras uruguayas (Delmira Agustini o Idea Vilariño, por citar dos) que conforman el eje esencial de esa literatura.
Soy maestra, cansada de reformas y mentiras de la “educación” y me parece fundamental la presencia de la mujer en las aulas, totalmente de acuerdo, ojalá yo lo pueda vivir.
Coincido con María sólo en parte. Es cierto que sería absurdo retirar grandes artistas masculinos en pro de mediocres artistas femeninas (aplicadlo a cualquier otro ámbito de la cultura y la ciencia), pero es interesante hacer esta cuantificación y esta reflexión para darnos cuenta del papel que a las mujeres les ha tocado asumir a lo largo de la historia, y para valorar en su justa medida el grandísimo esfuerzo que, cada una en sus circunstancias, tuvieron que realizar aquellas que descollan y que están no sólo a la altura, sino que a veces superan, de los hombres contemporáneos a su época.
Una segunda reflexión es acerca de los cánones. Muchas veces damos por sentado que tales o tales autores o filósofos o científicos son ejemplares y magistrales simplemente porque viene predeterminado en la historia y en los manuales de cada disciplina. Pero esos cánones no sólo han sido revisados a los largo de la propia historia de la civilización, sino que podría ser puestos en duda hoy mismo…, y por lo tanto, quizá mujeres relegadas al oscuro rincón de las segundas o terceras posiciones podrían ser seria, sincera y científicamente reivindicables hoy en día. Sólo hay que ponerse a estudiarlas y a sacarlas de esas sombras…
Sería interesante investigar quien establece los méritos y con qué criterio. Por no hablar de a quién benefician…. Coincido en que hace falta estudiarlas y seguro que muchas salían de las sombras en las que están.
SIn duda, tenemos un largo proceso por delante cuando la mujer sigue siendo y en estos tiempos todavía, la que mayoritariamente se queda en el el hogar con sus hijos y en muchos casos reproduciendo la cultura que sufrimos.
Efectivamente, los cánones culturales no son ajenos a la hegemonía cultural y están al servicio de una cultura claramente androcéntrica. Este sesgo nos impiden conocer buena parte de nuestras creadoras. Y esto representa una gran pérdida cultural. Por ello debemos revisar nuestros cánones y para ello, primero necesitamos conocer a las creadoras, como bien dices. La tarea de sacarlas a luz en buena medida ya está hecha, pero no tiene la suficiente divulgación.
Creo que si las mujeres no aparecen en los libros de historia es porque realmente no tuvieron las mismas oportunidades que los hombres durante siglos enteros y que si alguna logró salir de las garras del hogar por tener una vocación más poderosa que el mandato social bueno, bien que vale la pena rescatarla del olvido. Pero más importante aún me parece reivindicar el papel de la mujer madre nutriente de todos los seres que sobresalieron y de los que no, y ya haya sido un sacrificio o un placer, la mujer por todo este tiempo realizó y realiza aún un trabajo indispensable para el desarrollo de la sociedad toda. Y ese trabajo está tan infravalorado como ninguno y como nunca! porque hasta nosotras mujeres menospreciamos esa labor y la asociamos actualmente como fracaso, aunque en el fondo estar en casa en pantuflas disfrutando de nuestros hijos y tendiendo las camas sea lo que más añoremos durante nuestras “exitosas” jornadas laborales.
Ciertamente no tuvieron las mismas oportunidades, pero no aparecen en los libros de historia porque, como bien ha estudiado la teoría feminista, una de las formas de discriminación es no pasar a lo escrito. La época las suele reconocer y considerar, pero tiempo más tarde desaparecen del relato de ese tiempo. Y eso nos hace olvidarlas. Y hubo más que unas cuantas esforzadas y se movieron en más de un espacio (taller de pintura o de música, conventos…). La falta de conocimiento sobre ellas no nos permite ver la variedad de tipos y creaciones que realizaron y sobre todo, no nos permite tener conciencia de que la genealogía del saber femenino es tan extensa como la historia del ser humano. El no pasar a lo escrito hace perder a las mujeres noción de su tradición cultural y las deja desprotegidas en el presente. Sin una tradición literaria, científica o artística donde anclarse, su posición carece de autoridad, siempre parece una advenediza y esta falta de reconocimiento a sus logros es uno de los mejores mecanismos para colocarla en una situación de secundariedad social, de ciudadana de segunda, que la minusvalora.
Sin embargo, coincido contigo es que es necesario y esencial dar valor a los ámbitos y espacios donde se han encontrado las mujeres tradicionalmente. La familia y lo doméstico como unidad de producción y reproducción no es considerado como corresponde y los saberes asociados a esos ámbitos también sufren desprestigio.
Si ha sido interesante el artículo, lo ha sido más aún el dialogo que habéis generado a raíz del mismo. Muchísimas gracias a tod@s por vuestras aportaciones.
Es un planteamiento muy interesante y estoy completamente de acuerdo. Mi marido Nick y yo hace años que publicamos una revista para aprender inglés y hemos sido conscientes de esta situación desde hace años. Durante 14 años con la revista Think in English y ahora con nuestra nueva publicación Yes (Your English Supplement), desde nuestra modesta posición, hemos intentado dar a conocer los logros conseguidos por mujeres a lo largo de la historia. Nuestro campo es la cultura anglo parlante y hemos publicados de una forma u otra más de 200 artículos sobre mujeres exploradoras, pintoras, científicas, escritoras etc. Por poner algún ejemplo de los últimos que hemos publicado en Yes están Margaret Fountaine (exploradora), Katherine of Aragon, Sylvia Plath, Jill Bolte (científica) Mary Beale (pintora), Women Writers in the 18th Century, Beatrice Grimshaw (exploradora), Emily Davison (sufragista). También aparte de los artículos biograficos hay otros como “The Rise of Older Women” en donde planteamos por ejemplo que “sólo el 19% de los graduados en el mundo son hombres blancos.Si comparamos este porcenaje con el número de hombres en los mejores trabajos, claramente el capital humano se esta usando de forma totalmente ineficiente”. Nosotros, todo el equipo de Yes, seguiremos en nuestra lucha particular de dar a conocer estas historias de fabulosas mujeres que tuvieron que enfrentarse a enormes dificultades para cambiar nuestro mundo. Un saludo
Es muy loable y muy necesario vuestro trabajo, que contribuye a dar a conocer otros y más variados modelos de mujer, cuyo reconocimiento es importante para restituir la tradición cultural femenina en todos los ámbitos del saber y del hacer. Por eso, felicitaros y alentados a seguir con vuestra iniciativa . Con publicaciones como las vuestras se va forjando el (re)conocimiento de estas mujeres olvidadas y tan importantes para todos, no solo para todas.
En el análisis, Inglés es la materia que tiene una mayor participación de mujeres. Sin embargo, a pesar de ser casi el 30 %, hay poca variedad de modelos femeninos: la mayoría de ellas son actrices y mucha gente de la farándula. Con la difusión que ofrece vuestra publicación posibilitáis la incorporación a los manuales de más y diferentes tipos de mujeres (exploradoras, activistas, escritoras, pintoras o artistas…). Y de eso se trata. Enhorabuena por vuestro trabajo.
He sido profesora de Lengua castellana y Literatura durante 9 años y, consciente de esta carencia, siempre intenté que el alumnado fuera consciente de ella: analizábamos los libros de texto y la invisibilidad de las mujeres escritoras en ellos, pero también en otros recursos y ámbitos… También he investigado el tema de la Didáctica de la Historia de la Literatura con perspectiva de género y he diseñado algunos talleres educativos con los que he intentado aportar a la renovación de la enseñanza de la historia literaria… Si a alguien le interesa, puede hurgar por mi blog o leer este artículo: http://www.didacticasespecificas.com/files/download/8/articulos/ART5.pdf
Y, por cierto, Ana, para todo he manejado vuestro estudio como bibliografía, así que… ¡¡muchas gracias!! Y gracias a todxs por el diálogo enriquecedor.
Hola Jazmina, conozco tu trabajo y me parece muy interesante tu propuesta de talleres educativos donde trabajas con textos. Esa parte me parece muy importante, los textos son fuente directa, permiten conocer las voces de escritoras y escritores y para ello, nada mejor que tener también una selección de textos de escritoras -que faltan- para el trabajo en el taller. Me parece herramienta esencial para el conocimiento de la literatura haber leído sus obras: sus temas, planteamientos, géneros, discursos… Tu propuesta permite trabajarlo bien.
Al hilo de tu trabajo, me di cuenta de que está pendiente -que todos tenemos pendiente- una relectura de las obras de las grandes escritoras, desde trovadoras o Teresa de Cartagena, Teresa de Ávila (sobre todo “Su vida”, referente posterior de autobiografías), María de Zayas, Sor Juana Inés de la Cruz, Ana Caro de Mallén, Mª Rosa Gálvez en el XVIII, dramaturga de reconocido éxito o Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado, Rosario Acuña, además de las reconocidas Pardo Bazán, Rosalía de Castro y Cecilia Bölh de Faber, por citar apenas algunas imprescindibles hasta el XIX, sin adentrarme en el XX. Por cierto, salvo Teresa de Ávila -la única presente entre el siglo XIII y el XVIII_ y las tres escritoras reconocidas, ya en el XIX, ninguna de ellas aparece mencionada en la historia de la literatura. El panorama es desolador, se presenta una literatura sin escritoras como si eso fuera serio y apenas nos hemos dado cuenta. Solo hay que mirar cómo están los manuales.
Por ello, siguiendo tu propuesta, sería interesante realizar una selección de fragmentos, que recorrieran las épocas y las escritoras, adecuados para el trabajo en el aula. Esos fragmentos donde mostraran sus impresiones, su discurso, su perspectiva de las cosas. Restituyendo sus voces, conociéndolas, vamos tejiendo, también a través del aula, una cultura que reconozca e incluya como patrimonio común el saber de las mujeres. Es un trabajo que profesoras y profesores de literatura deberíamos realizar por mero imperativo profesional. Para saber de lo que hablamos.
La verdad es que necesitamos como el agua esos textos para poder conocer la literatura, nuestra literatura, que hasta el presente, está cercenada. Tu propuesta encamina ese trabajo, que es de todos y todas.