¿Por qué los artículos de los medios de comunicación sobre los datos de evaluación del aprendizaje me hacen temblar?

Con un nuevo conjunto de objetivos de educación post-2015 y metas en el horizonte, la comunidad internacional está mirando hacia el Instituto de Estadística de UNESCO (UIS) para ayudar a recoger los datos globales sobre los países en sus esfuerzos por mejorar los resultados de aprendizaje de los niños y jóvenes. UIS es una fuente oficial de datos de educación comparables a escala nacional, una posición única para identificar y producir una gama de nuevos indicadores junto con el apoyo de sus socios técnicos y financieros. Los retos que quedan por delante son enormes. Al dirigirnos a la gran cantidad de temas relacionados con la producción de datos, debemos abordar la siguiente cuestión fundamental: ¿Cómo se utilizará la información?

La visión desde el lugar donde los resultados eclipsan el análisis

Antes de unirme a la UIS como directora, dirigí una serie de iniciativas de evaluación de aprendizaje en mi país natal, Argentina. Con un pequeño equipo, nos centramos en dos áreas clave: producir la información relativa a las políticas necesarias para nuestro distrito y asegurar la precisión en cada paso del proceso, desde la psicometría, a la toma de muestras, la administración de la prueba y la producción de datos. No había espacio para el error – estábamos produciendo datos de alto impacto, que conformarían las políticas educativas y la asignación de recursos para las generaciones.

9963074813_a48d2cd5ab_bEl trabajo era complejo, pero inspirador. Estábamos produciendo datos que podrían influir positivamente en la vida de los niños y sus familias. Pero para ser honesta, estaba nerviosa acerca de la publicación de los resultados. De hecho, me estremezco cuando las evaluaciones del aprendizaje son noticia de portada, con titulares como “malísimos resultados en la evaluación” en lugar de sugerir recomendaciones para abordar los problemas a los que se enfrentan los estudiantes, sus profesores y sus familias.

De repente, todo el tiempo y el dinero gastado en la producción y el análisis de los resultados se eclipsan ​​por una tabla de clasificación donde se comparan los resultados de los niños de tu distrito con los que viven en diferentes países y circunstancias. Parece como si se estuviesen leyendo los resultados de un campeonato deportivo en lugar de los resultados de una prueba diseñada para diagnosticar las fortalezas educativas, oportunidades y riesgos de una generación de estudiantes.

La verdadera razón por la que llevamos a cabo evaluaciones educativas es proporcionar a todos los interesados ​​- desde los ministros a los maestros, padres y estudiantes – la información necesaria para mejorar los resultados del aprendizaje. Pero no nos engañemos a nosotros mismos al pensar que los informes de los medios de comunicación reflejan un verdadero acceso a la información.

Irse o quedarse y participar                      

Hace casi 50 años, Albert Hirschman desarrolló el concepto de salida, voz y lealtad que describe cómo las personas pueden resolver disputas sobre la calidad de bienes en un mercado.

Fundamentalmente, existen dos opciones: irse (salir) o quedarse y participar (voz).

Los economistas tienden a preferir la solución de la salida porque ésta puede imponer disciplina y dar incentivos para mejorar un servicio: a menos que se pueda resolver el problema, el cliente dejará de comprar tu producto y se irá a la competencia. La opción alternativa implica voz o diálogo, por el que ambas partes trabajan para resolver sus diferencias.

Ahora vamos a considerar estas opciones aplicadas a evaluaciones de aprendizajes. Imagina el escenario: las pruebas revelan que los estudiantes de un distrito concreto no están adquiriendo las habilidades claves y se quedan atrás de aquellos de otras zonas del país. Los padres ¿se van del sistema o ponen de manifiesto (voz) sus quejas? ¿Tienen la opción de elegir?

writingEmpecemos por asumir que todo el mundo tiene acceso a los resultados de las pruebas, aunque muchas veces no sea así. ¿Cuántas familias pueden abandonar el sistema educativo público y pagar por un sistema privado? Esta no es una opción para un gran porcentaje, si no la mayoría, de las familias. Podría apostar a que la mayoría de los claustros escolares conocen esto, lo que significa que la opción de la salida no es una amenaza creíble para lograr el cambio. De esta forma, las familias de los estudiantes deben confiar en su voz y ejercer presión desde los diferentes canales que existen, como pueden ser las elecciones municipales, las asociaciones de padres y madres y los consejos escolares. Pero ¿tienen la información para lograr un cambio?

El enfoque de la tabla de clasificación sólo les dice a los padres que sus hijos están en una desventaja sin proporcionar una visión de cómo los resultados podrían reflejar diferencias en su situación socioeconómica. Quizás lo más importante, hay poca o nula discusión sobre las habilidades que sus hijos están perdiendo.

La habilidad o el derecho a ejercitar su “voz” debe estar basada en un entendimiento sólido de los desafíos.

Esto muestra que debemos repensar en la forma de difundir los datos de las evaluaciones y cuál es el propósito. En lugar de sólo liberar los resultados, necesitamos preparar análisis para los diferentes tipos de usuarios- desde políticos hasta profesores que buscan reforzar sus planteamientos pedagógicos y padres que quieren trabajar con sus hijos sobre lo que aprenden en la escuela. Actualmente, tendemos a utilizar los datos para evaluar y gestionar los sistemas de educación, cuando en realidad también tenemos una rica fuente de información para atender directamente las necesidades de los estudiantes. En resumen, necesitamos aprovechar el potencial de aprendizaje de los datos de evaluación, haciéndola más accesible y utilizable para diferentes actores.

A través de este enfoque, también podemos ampliar el concepto de Hirschman añadiendo “lealtad” a la ecuación. Al hacer los datos de evaluación accesibles para todos, las escuelas se beneficiarán de la lealtad de los estudiantes y sus familias por informar y capacitar en los esfuerzos desplegados para mejorar sus resultados de aprendizaje.

Silvia Montoya,@montoya_sil. Directora del Instituto de Estadística de la UNESCO.

Nota: Esta entrada es una traducción al español de Alejandra Masa López y Ana Aznar Castillo, del INEE, basada en la versión original en Inglés disponible en este enlace.

Para más información…

Te puede interesar…