El 24 de noviembre se ha publicado el informe Education at a Glance 2015. OECD Indicators (Panorama de la Educación 2015. Indicadores de la OCDE). Se trata de un estudio en profundidad que muestra un análisis sobre el estado de la educación en todo el mundo, a través de distintos indicadores educativos agrupados en torno a cuatro grandes ejes: resultados educativos e impacto del aprendizaje, recursos financieros y humanos invertidos en educación, acceso a educación, participación y evolución, y entorno de aprendizaje y de los centros educativos.
El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) ha publicado a su vez el Informe Español de Panorama de la Educación 2015, que pone el foco en los indicadores más relevantes para España y los presenta en comparación con la media de los países de la OCDE, de los 21 países de la Unión Europea que pertenecen a la OCDE y de una serie de países seleccionados por el interés en la comparación con España.
El Informe Español destaca, entre otros aspectos, el aumento del nivel educativo de la población en los últimos 15 años. Entre 2000 y 2014, el porcentaje de población entre 25 y 64 años cuyo máximo nivel de estudios es la ESO o menos se ha reducido en casi 20 puntos porcentuales situándose en un 43%, aun a cierta distancia de los promedios de la OCDE (24%) y la UE21 (22%).
Gráfico 1. Evolución del nivel de formación de la población adulta (25–64 años) (2000-2014)
Como media de los países que participaron en el Programa de Evaluación de Competencias de Adultos (PIAAC), un 32% de los jóvenes de 25 a 34 años tiene un nivel educativo superior al de sus padres. En España, este porcentaje supera el 40%.
El progreso en el nivel educativo alcanzado por la población es especialmente visible en la proporción de mujeres entre 25 y 34 años con estudios terciarios, que supera ampliamente la proporción de mujeres entre 55 y 64 años que alcanzaron ese nivel educativo (29 puntos porcentuales de diferencia en mujeres, 11 puntos de diferencia en hombres).
Entre la población adulta que ha alcanzado como máximo el nivel de segunda etapa de Educación Secundaria, llama la atención que en España el 61% ha estudiado Bachillerato, mientras que el 39% ha realizado un programa de orientación profesional. En los países de la OCDE y la UE21, de media, los porcentajes más altos corresponden a los programas de orientación profesional, 66% y 72% respectivamente, frente a los promedios de 34% y 28% respectivamente en programas generales.
España destaca especialmente en los porcentajes de niños escolarizados en Educación Infantil, etapa clave en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Con un 96% de matrícula para niños de 3 y 4 años, España supera con creces los promedios de la OCDE y la UE21 (81% y 86% respectivamente).
El Informe Español analiza también la educación en el contexto del mercado laboral y la financiación educativa. En España, de cada diez jóvenes entre 20 y 24 años, cinco están estudiando, dos no estudian pero están trabajando, y tres ni trabajan ni estudian. En comparación, el promedio de los países de OCDE es menor en el caso de los jóvenes que están estudiando, 46%, y entre los que ni estudian ni trabajan, 18%, pero es mayor entre los que no estudian y están ocupados, 36%. Llama la atención además que, en España, de 2010 a 2014, el número de jóvenes que estudian entre 20 y 24 años ha aumentado 10 puntos porcentuales, valor que supone más del triple del incremento medio de la OCDE y la UE21.
El análisis muestra una clara relación entre el nivel educativo y las posibilidades laborales y salariales que ofrece el mercado laboral. En España, la tasa de empleo de las personas con Educación Terciaria era de un 77% en 2014, mientras que los adultos con un nivel educativo de segunda etapa de Educación Secundaria era de un 66% y la tasa de empleo de las personas con un nivel educativo inferior a segunda etapa de Educación Secundaria no llegaba al 50%. Por otra parte, las personas con estudios terciarios ganan un 51% más que las que han finalizado la segunda etapa de Educación Secundaria y un 76% más que las que han completado la primera etapa de Educación Secundaria o un nivel inferior.
En cuanto a financiación, el gasto total por alumno en instituciones educativas en España se situó en 9.040 dólares en 2012, cantidad inferior al promedio de la OCDE, 10.220 dólares y al de la UE21, 10.361 dólares. Sin embargo, el gasto por alumno, como porcentaje del PIB per cápita, fue similar al de OCDE y al de UE21. De acuerdo con los recursos que destina cada país en relación a su nivel de riqueza, en 2012, España tuvo un gasto total por alumno en instituciones educativas (públicas, concertadas y privadas) del 27,6% en relación al PIB por habitante, porcentaje al nivel de los promedios internacionales, de la OCDE (27,4%) y de la UE21 (27,7%).
El entorno de los centros educativos y del aprendizaje es también analizado en Panorama de la Educación 2015 y en el Informe Español elaborado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, que ofrece interesantes datos para la reflexión sobre el sistema educativo. El número total de horas obligatorias de clase para los alumnos de Educación Primaria en España es ligeramente inferior al promedio de la OCDE. En cambio, en la primera etapa de Educación Secundaria, los alumnos españoles tienen 266 horas más de clase que en Educación Primaria, y superan ampliamente los promedios de la OCDE y la UE21.
Gráfico 2. Número de horas de instrucción obligatorias previstas en instituciones públicas (2015)
Por otra parte, los profesores españoles dedican más horas al año a impartir clase que la media de profesores de la OCDE y la UE21, y sin embargo, su número total de horas de trabajo es inferior a los promedios internacionales, por lo que en España los docentes disponen de menos tiempo para actividades como la preparación de clases, la revisión del trabajo de los alumnos o la realización de cursos de formación.
Entre las novedades de esta edición, Education at a Glance 2015 incluye un nuevo indicador sobre evaluación del profesorado y los equipos directivos. En la mayoría de los países la evaluación de los profesores está regulada. Los resultados se usan frecuentemente para tomar decisiones acerca de las actividades de desarrollo profesional y formativo del profesorado, salarios, promoción y recompensas o incentivos. En España, los profesores de los centros públicos, aproximadamente el 70% del total de profesorado, son evaluados para acceder a la profesión pero no de forma regular después. Los directores de los centros españoles necesitan una evaluación positiva y un curso específico para acceder al puesto y son evaluados regularmente para renovar su categoría profesional.
Joaquín Martín, Laura Alonso, María Córdoba y Mª Jesús Cabañas (INEE)
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A la vista de este artículo podemos sacar varias conclusiones sobre el sistema educativo español.
Los datos son positivos respecto al aumento del nivel educativo en nuestro país. El 43% de personas ,entre los 25 y 64 años, con la ESO o un nivel inferior de estudios es mucho menor que hace 15 años, aunque aún estamos lejos del 24% y 22% de la OCDE y UE respectivamente. De hecho, es chocante que aún exista un tanto por ciento tan alto de personas sin estudios básicos cuando la base educativa de nuestro país se ha multiplicado, expandido y llegado a todos los ámbitos y tramos de edad. Las causas habría que buscarlas en aspectos socioeconómicos.
La segunda conclusión a las que llegan los estudios, es que en España se tiende más a estudios generales de nivel superior que a Orientación Profesional. En este aspecto, me inclino a pensar que esto se debe a que, en muchos casos, la elección de los estudios posteriores a los básicos, se debe más a factores de prestigio social que a pragmáticos.
En una tercera conclusión, el artículo asegura que en España los niños escolarizados entre 3 y 4 años son más numerosos (96%) que en la OCDE y la UE (81% y 86%). Aquí me atrevo a decir que las causas deben ser familiares y profesionales. En España los permisos de maternidad y paternidad no llegan a ser las de otros miembros de la OCDE o la UE, lo mismo que las condiciones de cuidado de sus hijos en los entornos laborales. Eso unido al hecho de la necesidad de trabajar de ambos padres, o la de trabajar cuando por diversas razones se es una familia monoparental, hace que los niños acudan antes a las guarderías.
Los dos últimos puntos del artículo son especialmente reveladores.
Por un lado se afirma que con menos presupuesto por alumno (9.040 euros por alumno, frente a los 10,220 de la OCDE y los 1036 de la UE), el gasto total se iguala. ¿Cómo es esto posible? Recortando en profesionales y recursos.
Por otro, se afirma que los profesores de Secundaria tienen menos horas de trabajo que sus colegas a nivel internacional, pero tienen un número muy superior de clases ya que los alumnos reciben una media de 266 horas (no así en Primaria, que están un poco por debajo de la media de horas en clase). El artículo concluye que eso se traduce en menos tiempo para preparar clases, revisar o corregir pruebas, involucrarse en proyectos con sus alumnos,…. Y yo añado que no es que se tengan menos horas para tales labores (y otras muchas a las que la burocracia nos obliga), si no que se utilizan todas las que puedas encontrar en lo que se supone que es tu tiempo libre: fines de semana, puentes, vacaciones,… y no menciono las tardes, por que esas se dan por sabido.
La lectura de este artículo me ha parecido revelador. La comparación con nuestro entorno es necesaria para mejorar y conseguir que las siguientes generaciones no sufran desventajas educativas y puedan competir en el mismo nivel que otros países.
ARTÍCULO ELEGIDO: “EDUCATION AT GLANCE 201E. ESPAÑA DESDE UNA PERSPECTIVA INTERNACIONAL”.
Analizando el artículo citado, se pueden extraer algunas conclusiones que para mí son interesantes.
Si hablamos desde una perspectiva general, existe un relativo aumento del nivel educativo en nuestro país. Además existe una cualificación superior en los alumnos actuales sobre sus padres superiores a otros ámbitos político geográficos. Ademas existe un paso muy positivo en la mejora de los datos educativos de las mujeres frente a los hombres, con casi 30 puntos porcentuales a favor de las mismas en nuestro país.
Cuestión importante es aquella en la cual cuatro de cada diez personas (43%) que se encuentran entre los 25 y 64 años, que se corresponde con la edad adulta y los sectores productivos de la sociedad posee un nivel de educación secundaria o nivel inferior a la misma, educación secundaria que es un requisito mínimo en el mercado laboral actual. Sin embargo si establecemos una comparativa con organismos internacionales como lao OCDE o la Unión Europea nos quedamos con más de 20 puntos porcentuales por encima ( 24% y 22% respectivamente ). El artículo demuestra su extrañeza por la existencia aún de elevadas cifras sin estudios básicos o mínimos, cuando ha existido en estos años una generalización de la educación. Parece reconocer en el origen de la causa en factores sociales y económicos. Un aspecto destacado a la hora de entender la dinámica española es el incremento en un 10% entre los años 2010 y 2014 de alumnos entre los 20 y 24 años, cohorte generacional que esta muy ligada al periodo de bonanza económica de los años precendentes a la crisis económica, el abandono temprando de estudios en búsqueda de empleos, que aunque no cualificados, estaban bien retribuídos, amparados en el denominado “boom de la construcción”: Muchos de estos alumnos que habían abandonado el sistema educativo se reincorporan al mismo tras la incertidumbre laboral y su baja cualificación profesional.
Otro aspecto distintivo y no favorable es la dualidad existente en la ponderación en preferencia de estudios de nivel superior frente a los estudios de perfil profesional. Estigma muy generalizado de prestigio aparente social en los estudios de nivel universitario frente a las profesiones, que se han transmitido de generación en generación. Vinculando así la educación superior con la riqueza y posición social.
Curiosamente aparece una nueva tendencia dentro de la sociedad que es la escolarización a edades tempranas, niños de 3 y 4 años que, en este caso superan las cifras comunitarias y del ámbito occidental. La derivación de estos niños fuera del círculo familiar parece estar relacionada con la existencia de un mercado laboral no adecuado a la conciliación de la vida laboral y familiar, cuestión que en ámbito, por ejemplo europeo, está mucho más desarrollado en permisos retribuidos, horarios laborales, etc.
En el artículo desde la óptica profesional destacan otras cuestiones de profundo calado:
La existencia de un presupuesto por alumno menor que en la Unión Europea y la OCDE y un gasto total igualado. La inversión real del alumnado es menor y con ellos su grado de atención y recursos frente a cuestiones más superfluas; lo que hace demostrar que el recorte presupuestario no ha sido proporcionado a las necesidade del alumnado o de los contextos sociales.
Además el artículo incide en una segunda cuestión que es la carga horaria, si no centramos en el profesorado de Secundaria se da una paradoja, menor número de horas de trabajo pero mayor número de horas lectivas, 266 horas. El contexto crítico es muy acertado puesto que el espacio diferencial educativo se realiza en el recorte de horas no lectivas pero importantísimas para el profesorado que es la preparación, asentamiento y la incorporación activa en planes y proyectos con el alumnado, es decir con una buena planificación. El profesorado español, tiende a detraer de su vida personal y familiar ese número de horas necesarias para la labor educativa.
Un último aspecto a tratar es la evaluación del profesorado, los articulistas señalan la disfución del grado de estabilidad a hora de evaluar y son críticos con la calidad evaluativa. Aspecto que ven necesario mejorar.
Es necesario conocer comparativamente el sistema para poder mejorarlo y rectificar y acometer los problemas primordiales de nuestra enseñanza.