Educación conectada: algo más que enchufar alumnos a nuevos dispositivos

Educación conectada: algo más que enchufar alumnos a nuevos dispositivos

Autor: Carlos Magro

Las lecciones no se dan, se toman”, dejó escrito Cesare Pavese en su magnífico diario: El oficio de vivir. “Las lecciones no se dan, se toman”, es una gran frase que resume perfectamente lo que fue el curso Educación conectada: la escuela en tiempos de redes, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el Ministerio de Educación en A Coruña del 2 al 6 de octubre: un lugar para el aprendizaje compartido. Un lugar donde fuimos dispuestos a tomar y aprender de los otros, precisamente porque todos los que allí estuvieron (ponentes y profesores asistentes) tenían mucho que dar y mucho que enseñar (10 razones para una educación conectada y La escuela en tiempos de redes: documento por una educación conectada). Porque para poder tomar alguien tiene que dar. Dar y recibir, crear y compartir, conectar y colaborar, son palabras clave de la cultura digital y de la cultura de la Red en la que vivimos y son también palabras clave para la Educación conectada, para la escuela en tiempos de redes.

Y porque, al fin y al cabo, de eso iba el curso, de aprender con otros, de otros e incluso de aprender para otros. De compartir saberes y dudas. De conectar docentes, experiencia y experiencias. De conectar personas, de hacerse preguntas, de resolver dudas juntos, de trazar entre todos un mapa para movernos por los nuevos territorios de la educación en tiempos de redes (Por qué una educación conectada, decálogo final del curso). De eso iba el curso, de entender la necesidad, la utilidad y la oportunidad que la Red y las redes representan para la mejora de la Educación.

Necesidad porque, como profesionales de la educación, tenemos la responsabilidad de acompañar y dotar a nuestros alumnos de las capacidades necesarias para que hagan un uso eficiente, provechoso y responsable de la Red y las redes. Necesidad de aprender a vivir en la Red.

Utilidad porque el uso de la Red y las redes nos permite generar entornos de aprendizaje más ricos, más motivadores y probablemente más integradores y más relevantes para nuestros alumnos. Entornos más vinculados con la realidad que viven fuera del aula.

Oportunidad porque incorporando las lógicas de la cultura digital y las redes estamos desarrollando competencias necesarias para cualquier ciudadano y profesional del siglo XXI como la competencia digital, el pensamiento creativo y crítico, la comunicación y el trabajo colaborativo y distribuido. Estamos aprendiendo a aprender en red y a trabajar en red.

Oportunidad porque la Red y las redes representan una oportunidad única para la actualización, el intercambio de ideas y el desarrollo profesional docente y una gran oportunidad para que tanto docentes como centros educativos lideren el necesario debate sobre la educación, convirtiéndose en nodos abiertos de innovación educativa y social.

Oportunidad, también y por último, porque el curso tenía como protagonistas a quienes verdaderamente tienen capacidad de impacto. Los que al final hacen las cosas, los que pueden y deben guiarnos en la demandada transformación de la educación, los profesores.

Transformación que no pasa por tecnificar la escuela sino por escolarizar las tecnologías (Alfonso González) por hacerlas nuestras. Transformación que pasa por modelar las tecnologías con nuestras pedagogías pero también por aceptar que éstas, nuestras pedagogías, se deben modelar con las tecnologías.

No nos cansaremos de repetir que no se trata de incorporar sin más nuevas tecnologías y dispositivos en el aula. La educación conectada es algo más que “enchufar” alumnos a nuevos dispositivos. Más que introducir las TIC en el aula de lo que se trata es de expandir el aula a través de las TIC. De ver las tecnologías sobre todo como un proceso de cambio cultural, desde luego no como un tema de dispositivos. Lo relevante no es qué dispositivo introducimos en el aula (Radio, TV educativa, PCs, CDs, Pizarra digital o tablet), sino cómo transformamos la educación para hacerla más relevante y adecuada a nuestro entorno actual y probablemente futuro. Un entorno que todo parece indicar será digital sí o sí. Es decir altamente tecnológico.

Abrir el aula a través de las TIC nos lleva a hablar entonces de conceptos como la educación expandida y el aula abierta. Nos remite directamente a algo mucho más cercano a los procesos informales de aprendizaje y también a un aprendizaje más experiencial y cercano a nuestra manera actual de vivir, de relacionarnos y de trabajar. Un aprendizaje conectado, descentralizado, distribuido, de muchos y entre pares.

Hablar de Educación conectada es pensar cómo deben ser los entornos de aprendizaje para facilitar y obtener el máximo provecho de la Red y de las redes. Cómo deben ser las estructuras organizativas (los centros educativos, sus políticas y normativas, los procesos de gestión, los marcos regulatorios, el papel de las administraciones educativas,..) para favorecer el desarrollo y la plena incorporación de los educadores (conectados) y para saber dar respuesta a las necesidades que demandan nuestros alumnos.

Educación conectada es:

  • En primer lugar sinónimo de educadores conectados.
  • Es también sinónimo de escuelas conectadas. Escuelas que asumen la realidad que nos ha tocado vivir y la integran en sus procesos de gestión, enseñanza y comunicación con el exterior (alumnos, padres, familias, espacios culturales y deportivos, entornos sociales y geográficos).
  • Educación conectada es también sinónimo de alumnos que aprenden a vivir con la RED y en las redes, que aprenden a aprovechar al máximo las oportunidades de aprendizaje que brinda la Red. A ser ciudadanos competentes en red, con las redes y en la RED.
  • Educación conectada es convertir la Escuela un lugar para el aprendizaje relevante, contextualizado y situado.
  • Educación conectada es por último un intento por convertir la Escuela en un referente y en un nodo de innovación educativa y social.