La palabra griega «eureka» significa «¡ya lo tengo!», una frase pronunciada por Arquímedes en el siglo III a.C. cuando se dio cuenta que su cuerpo metido en una bañera desplazaba el agua correspondiente a su volumen. Momentos como éste, que en libro se presentan como «momentos eureka», representan aquel instante en que una idea brillante o un descubrimiento, al que a lo mejor se ha llegado después de años de trabajo o por casualidad, conducen hasta algo que, hoy en día, es imprescindible en nuestra vida cotidiana. El péndulo de Galileo Galilei, la teoría de la gravedad de Newton, los cereales del señor Kellogg, la penicilina de Fleming o la bombilla de Edison son producto de algunos de los «momentos eureka» que recoge el libro. |